Releyendo varios documentos, resúmenes de libros, etc, preparándome para las batallas que van ha comenzar a llegar, me encuentro con uno que va de éxito personal ante un mundo en constante lucha y movimiento. Y es aquí me doy de bruces con las 50 leyes del Poder, que no las 50 sombras de Grey, que nada tiene que ver aunque en el fondo los dos tratan de mantener contentos/as a los/as que te rodean; el último de masoquismo, algo que hay que tener para aguantar a los de arriba siempre.
Enfoco mi atención sobre la primera ley del poder: "No eclipsar nunca al jefe". Ahí estamos, que siempre queremos dejar constancia de nuestra sabiduría pero se nos olvida que el que manda sabe más, infinitamente más, es el único que sabe. Así que si a nosotros se nos ocurre una idea y el que manda se la apropia, ajo y agua, es lo que ahí; cuando seas padre comerás huevos. No hay que pasarse al exhibir las virtudes propias para que no logremos el efecto contrario. En síntesis: hacer que el jefe se considere imprescindible al contar con nuestra colaboración.
En realidad se trata de hacerle la cama sin que se dé por aludido, mientras logramos sus favores y nos preparamos para empeños superiores. De este tema los políticos saben más que nosotros, los políticos al uso. Aquellos que aguantan decenas de años a la sombra esperando su momento. De esos conozco yo unos cuantos por estos lares: trabajan en la sombra, casi ocultos, no se sabe qué hacen o cuál es verdaderamente su trabajo pero ganan una pasta gansa y siempre están ubicados en puestos de alta alcurnia. Esta semana me entero que un ex jefe de prensa del Grupo Independiente Liberal, el GIL, ha sido nombrado por el PSOE local para formar parte de una especie de consejo asesor de la ciudad, miedo me da.
Yo fui jefe de prensa del Ayuntamiento en la época de Gil pero al tener criterio propio duré lo que un caramelo en la puerta de un colegio. Me equivoqué, no cumplí la primera ley del poder y me "caparon", quise hacerlo profesionalmente y me pasé. Otros no, otros se callaron, se colocaron en puestos directivos, cobrando una pasta gansa: seis mil euros ganaba el interfecto en Acosol, ¿por hacer una nota de prensa a la semana?, por eso y adema´s tocarse los bemoles el resto del tiempo.
Mientras uno preparándose, estudiante de un máster en la Autónoma de Barcelona, haciendo un doctorado en la de Málaga. Debe ser que el que se prepara sobra porque acongoja con el curriculum, mientras los que medran en la sombra y agachan las orejas tiene solucionado el sustento diario. Que conste que esos les pagáis los sueldazos de vuestros bolsillos, los que estamos más preparados nos buscamos las habichuelas sin robaros cada día. Seguid votándoles.
por Paco Roldán
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